Pieza experimental realizada por los estudiantes de IUNA.
Es lo que se llama "dalla da verre" o "faceted glass" o "vitrocemento", una de las formas más contundentes y hermosas de vidriería artística, creemos que el camino es largo, esforzado y gratificante.
Tal vez las dallas haya que fabricarlas por colado, y luego recocerlas unas doce horas para que no lleguen a enfriarse con tensiones residuales.
Para cortarlas hemos visto en los libros que se hace con una hachuela, bien protegidas las manos, los ojos, las piernas, los pies... en fin, una armadura medieval serviría...
Lo que vimos es que hay un sitio con piso plano, por ejemplo de hormigón, del que emerge una punta filosa de metal. El vidrio se apoya sobre esa punta y por la cara superior se actúa con el hachuela, por eso en inglés se llama faceted glass.
Esto sería para las auténticas dallas, hoy existen emulaciones con vidrios de menor espesor y técnicas de corte avanzadas, pero no sabemos si eso mejora el aspecto compositivo o si por el contrario lo vuelve primoroso y previsible.
Por ejemplo, el vidrio cortado con hachuela queda con sus bordes todos mellados, y esas melladuras producen luego reflejos de luz que no se conseguirían cortando las losetas con medios avanzados como chorro de agua-arena.
Pieza experimental realizada por los estudiantes de IUNA.
En fin, las obras con dallas son muy hermosas y en general de carácter monumental, paredes completas bellísimas. Por lo que vimos se empleó mucho esta técnica durante la reconstrucción alemana de post-guerra, obedeciendo a la filosofía del constructivismo ruso, que promovía la aplicación del arte sobre las obras industriales (en este caso la industria de la construcción).
Ah!, te preguntarás cómo se puede componer si al cortar con hachuela los perímetros no resultan muy precisos. Por lo que entendemos, esto es así y forma parte del lenguaje. Se impondría la simplificación aunque no lo simplista, y se compondría de acuerdo a un plan maestro, una pintura, un dibujo, pero habría que tomar decisiones a cada momento para adaptar las piezas cortadas sin destruir la composición maestra. Se disponen los trozos como lo hace un maestro frentista que arma una fachada con piedras lajas, creando sobre la marcha aunque en este caso con algun plan director. Es importante comprender que en este tipo de "vitral" el material de engarce (el cemento) adquiere un valor expresivo descollante, hay un equilibrio vidrio-estructura-luz que lo hace imponenete y de gran valor simbólico.
Chapelle Notre-Dame-du Haut de Ronchamp.
no es tan difícil cortar y colorear vidrios de 6 milímetros (arriba pusimos 10 milímetros pero lo estuvimos pensando y creemos que era 6 nomás). Se cortan con rulina y paciencia, y se colorean con esmaltes cerámicos transparentes para vitrofusión (estos fueron horneados a 790°C). La textura no fue intencional, sucedió que el desmoldante estaba aplicado por espolvoreo y quedó muy desparejo. Los esmaltes se colocaron directamente por espolvoreado, matizando y superponiendo en algunas zonas. Los colores que ves son los únicos que funcionan como transparentes aquí, porque los rojos-naranjas-amarillos y rosas terminan siendo opalinos y no nos servían (tal vez afortunadamente para la composición).
Hay un procedimiento para hacer el vitrocemento, simple y estricto si deseas que no te salga un mamotreto y que los vidrios duren sin rajarse al tiempo por la compresión del cemento. Cuando quieran la seguimos. Lo primero es diseñar algo interesante, elegir un lugar, un muro para ser vitrocemento y entusiasmarse dibujando. Si lo encuentran en alguna biblioteca, hay un libro de Brian Clarke "Architectural Glass", que tiene varios ejemplos de vitrocemento.
Bueno, la Chapelle Notre-Dame-du Haut de Ronchamp , de Le Corbusier, tiene ese juego entre vidrio y estructura llevado al extremo, donde la pared crea una inmensidad tal de no-luz que los pequeños pasos vidriados, al ingresar al ambiente como astillas luminosas adquieren una enorme fuerza expresiva. El contraste en este lenguaje es el protagonista.