La Venus de Lespugue es una estatuilla de marfil y es considerada una de las célebres de las denominadas Venus paleolíticas
Contexto arqueológico[]
Fue descubierta en 1922 por R. y S. de Saint-Périer en la «Cueva de las Cortinas», en Lespugue, una localidad del distrito de Saint-Gaudens, en el Alto Garona (Francia). A punto de concluir la excavación, el último golpe de piqueta sacó a la luz la estatuilla, pero también la dañó irremediablemente. Contrariamente a otras obras análogas, ésta fue descubierta en un contexto arqueológico preciso, gracias a que la excavación fue presuntamente más cuidadosa. En efecto, la estatuilla vino cortejada por una industria lítica y ósea claramente Gravetiense (buriles de Noailles, azagayas de base hendida, alisadores, adornos de hueso…). Anteriormente llamado Perigordiense Superior, ahora Gravetiense Medio con buriles de Noailles se data, gracias a este fósil director, entre 26 000 y 24 000 años de antigüedad.
Descripción[]
La estatuilla de marfil de mamut, rota, como hemos señalado, al ser exhumada en la excavación, mide, después de la reconstrucción, 147 milímetros de alto, 60 milímetros de ancho y 36 milímetros de grosor.
La forma general corresponde a los cánones estilísticos señalados por André Leroi-Gourhan: se puede inscribir en un rombo o losange, con el vientre, las nalgas y los senos desmesuradamente desarrollados (esteatopigia), una cabeza pequeña y desdibujada, y unos pies apenas esbozados y puntiagudos.
La cabeza ovoide sin detalles, sobre todo, en el rostro, es muy común en este tipo de figurillas. Pero sí que lleva pequeñas incisiones paralelas y alargadas que han sido interpretadas como una representación estilizada del pelo. Los senos y las nalgas forman una especie de esfera o círculo central.
Llama la atención que, en la parte trasera, cubriendo parcialmente las nalgas, hay una serie de estrías paralelas y verticales cuya interpretación ha sido muy discutida. Quizá sea alguna representación esquemática de alguna prenda de vestir: una especie de faldilla. Según la opinión de la investigadora Elizabeth Wayland Barber, experta en la historia del tejido, es, posiblemente, el ejemplo más antiguo de la historia de un lienzo trenzado.
Conservación[]
La Venus de Lespugue se expone en el Museo del Hombre de París
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