Por amor a la Tierra/Los alumnos/La nueva casa

←Arte y Fuego

Por amor a la Tierra by Dante Alberro Los alumnos

El fuego→

dantealberro.blogspot.com

Tabla de contenidos La nueva casa. Hacia 1993 se produjeron varios cambios importantes en mi vida. Poder acceder a una vivienda propia fue uno de ellos. Ubicada por calle Viamonte, a escasos metros de la casona de calle Necochea, la nueva casa me permitió formar un hogar donde tener además un pequeño taller. En el nuevo sitio: Alicia Arijón, Bibi Modolucci, Dante Alberro, Gabriela Curten, Lía Pafundi. Muchos alumnos de la etapa del viejo taller me siguieron, aunque siempre quedó la añoranza de la antigua casona, donde pudimos experimentar el sabor único de las horneadas de leña. Allá quedó el hornito de rakú, plantado en el sitio, a la espera de la demolición del inmueble... Nuevas propuestas y nuevos desafíos surgirían, de la mano de los alumnos que fueron llegando. Cabeza en rakú, de Nino Schvartz. Nino siguió haciendo sus figuras, Alicia Arijón continuó sus esculturas tan peculiares, Gabriela Curten con sus piezas en torno, Noni con sus piezas de rakú... Escultura de Alicia Arijón. Fue una época de muchos cambios en mi vida, y en la vida del taller. Las nuevas camadas de alumnos trajeron otras inquietudes, simplemente diferentes, ni mejores ni peores... otros tiempos corrían. Plato en rakú de Gabriela Curten. Blanquita con sus piezas de engobe. Poco a poco y por diversas razones, los alumnos del taller de Necochea fueron dejando, y de ese grupo hoy sigue Blanca, mi alumna decana. Los engobes son su amor en la cerámica, y son raras las veces en que usa esmaltes para sus trabajos. Nuevos alumnos se sumaron. Si el taller de Necochea se caracterizó mayormente por el trabajo manual y escultórico, las nuevas camadas vinieron en busca de aprender el trabajo a torno. La magia del torno parece haber reverdecido en estos últimos tiempos. Lucas decorando una pieza de torno. El más joven de todos fue Lucas Pagura, ahora convertido en un profesional en el campo de la biotecnología. Lucas se dedicó a perfeccionar la decoración con engobes para sus piezas. Plato con engobes de Lucas Soledad, un ejemplo de vida. Un capítulo aparte merece Soledad Chitarrone. Tuvo tiempo en su vida para ser maestra, madre y además dedicarse al arte. Aprendió pintura con el maestro rosarino Juan Grela, y en los últimos años se dedicó a la cerámica. Lamentablemente ahora las dificultades de su visión la han obligado a abandonar esta actividad; pese a ello, a sus 85 años, la llama de su espíritu sigue encendida. Carolina Bugnon. En los últimos tiempos tuve la suerte de que ingresaran alumnos con ganas de investigar técnicas y desarrollar nuevas ideas. Arribó al taller Carolina Bugnon, salida del taller de alfarería queda en Santa Fé mi amiga Tusi Horn. Siendo música de profesión, tiene un particular sentido de la forma: acepta los accidentes que a veces suceden y los aprovecha de manera creativa en sus piezas. Fabiana trabajando con el mortero. Otra personalidad inquieta es la de Fabiana Sacnun, que se propuso y logró en poco tiempo armarse de un pequeño taller, donde hoy se dedica a trabajar en gres a 1170º C. La feria de Boulevard Oroño cuenta con su presencia desde hace unos meses. Me resulta imposible relatar todo lo que querría sobre los alumnos que han pasado por el taller, han sido tantos que la lista sería interminable. Me queda un buen recuerdo de la mayoría de ellos.... lo demás es historia actual, que voy contando en mi blog a medida que vamos trabajando. Soledad Chitarrone: figura en pasta de baja con reflejos metálicos. Carolina Bugnon: pieza de torno con esmaltes reactivos.