El colapso de las minas de arcilla amenaza las fábricas de cerámica
El director general de Industria estudia directamente con la asociaciónempresarial del azulejo cómo abordar la crisis de abastecimiento de materia prima
27.04.08 -
L. ORTEGA
CASTELLÓN
El agotamiento de las minas de arcilla roja de la Comunitat Valenciana que abastecen a la industria cerámica puede tener más consecuencias para el sector además de afectar a los niveles de producción. Siguiendo la ley de la oferta y la demanda, si decae la producción de arcilla, el precio que hay que pagar por ella aumenta y esto, sumado a la situación de crisis que va a vivir el sector a consecuencia del parón inmobiliario, incidirá especialmente en las pequeñas fábricas azulejeras.
El temor ya es patente en el sector. Tal y como explicó el jefe de cuentas de Pamesa, José Camps, "estamos inmersos en una crisis y, si además de ello no hay suficiente materia prima, se producirá un encarecimiento del coste y esto generará problemas para las pequeñas industrias azulejeras".
El problema es que, desde el sector, se viene alertando de esta situación desde hace años, cuando se puso sobre la mesa que las actuales minas de arcilla roja que abastecen a la industria del azulejo se están agotando y las solicitudes para nuevas explotaciones en otros municipios no avanzan por el rechazo de consistorios y vecinos. "Se trata de un problema que tenemos muy presente desde hace mucho tiempo", dice el gerente de Tau Cerámica y vocal de Ascer, Carlos Camahor, quien destaca que sólo en la provincia existen cerca de 800 fábricas que se abastecen de estas minas.
"Hoy los ayuntamientos tienen una gran fuerza y poder y son los que tienen que dar el permiso de actividad para dar vía libre a la mina, y es ahí donde topamos con la incomprensión, el ayuntamiento demora el asunto y no llega nunca", dijo.
Pero ahora el problema les pisa los talones. Según reconoció el presidente de la Asociación de Empresarios de Sílices, Caolines y Arcillas de la Comunitat, Ricardo Rodríguez, para el próximo verano se prevé el agotamiento de la mina del Madroño, en Higueruelas, que aporta un millón de toneladas anuales a la industria, con lo el abastecimiento puede disminuir a partir de junio.
No sólo eso. Camahor indica que otras dos grandes minas "están a punto de extinguirse". Una de ellas, la de Sant Joan de Moró, a la que apenas dan dos años más de vida y que aporta dos millones de toneladas al año.
Por todo ello, el sector ha venido manteniendo en los últimos meses reuniones con el nuevo director general de Industria de la Generalitat, Bruno Broseta, para tratar de desbloquear los seis expedientes para explotación de minas de arcilla roja en la Comunitat.
"Estamos teniendo muchos encuentros con Broseta, a quien le hemos presentado como muy urgente estos expedientes", explicó el gerente de Tau Cerámica, quien agradeció la "disposición" del nuevo director general del departamento de Industria para buscar soluciones al problema.
De hecho, según indicó, esta semana ha mantenido una reunión con la patronal del sector cerámico donde se podrá abordar este asunto de vital importancia. "Parece que uno de estos expedientes está a punto de resolverse y le preguntaremos por ello en la reunión", dijo.
De momento se desconoce cuál de estos expedientes está más adelantado. Las seis peticiones para nuevas explotaciones de minas se encuentran, tres en Higueruelas, dos en Andilla, una en Domeño y otra en Morella.
Ante la paralización de estas solicitudes, fuentes del sector azulejero de la provincia reclaman a la Administración autonómica y a las locales un acuerdo para salvar la situación. "Estamos viendo que las minas se agotan y no hay alternativas, los permisos se piden pero los ayuntamientos ponen trabas", manifiestan desde Pamesa.
Por su parte, el gerente de Tau Cerámica pidió a la Administración autonómica que de una solución favorable a los planes que están en estudio.
Según explicó, si llega el verano y no hay más concesiones, la industria no tendrá más remedio que buscar nuevas fuentes de abastecimiento en minas de la provincia de Teruel. "Pero esto será fatal para el tráfico, porque supone el paso de entre 200 y 300 camiones diarios por las carreteras, con la contaminación que supone", dijo Camahor. A ello se suma el encarecimiento del material por el coste añadido del transporte, así como el 27 de abrilhecho de que las arcillas traídas desde Teruel deberían ser reformuladas antes de poder utililzarlas en las explotaciones cerámicas de Castellón, debido a las características de su composición química.
Lasprovincias.es
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